La planta desalinizadora de agua de mar de Beni-Saf. Voluntad de excelencia.
Escrito por Abdellah Dahou (Le Soir d’Algérie)
Con la celebración de la producción de su metro cúbico de agua número 200 millones el 1 de octubre, la planta desalinizadora de agua de mar (PDAM) de Beni-Saf ha querido destacar el camino recorrido desde aquel lunes 9 de noviembre de 2009 en que, por primera vez, comenzó a brotar agua industrial de las instalaciones de alta tecnología de la Beni-Saf Water Company-BWC (*)
Este acto simbólico contó con la participación de diferentes colaboradores del proyecto, entre ellos, los pesos pesados del sector energético Sonatrach y Sonelgaz, ambos con representación en el grupo Algerian Energy Company (AEC), y el grupo español Geida Beni-Saf, responsable de la construcción y explotación de la planta. Dicho evento constituyó la ocasión para hacer entrega de los correspondientes premios y diplomas de reconocimiento a sus trabajadores argelinos más meritorios, ante la presencia del consejo de administración de esta última empresa y de las autoridades locales de la provincia de Aïn Témouchent.
A continuación, Mohamed Chaffi, nuestro cicerone, procedió a guiarnos en nuestra visita a las instalaciones. Este ingeniero hidráulico, formado íntegramente en la escuela argelina, es titulado por la universidad Abane-Ramdane de Bugía (Argelia) y ha adquirido experiencia en una filial de Sonatrach en el sur del país. Conoce a la perfección las instalaciones: ejerció como responsable técnico durante la construcción de la planta y fue ascendido a Director General Adjunto en 2012. En BWC, la promoción interna no es una mera palabra.
Los resultados son claros: la planta funciona al 100 % de su capacidad instalada con un personal, cabe destacar, íntegramente argelino, exceptuando al Director General, y cuya plantilla asciende a 80 personas. Otro logro en el que Chaffi hace hincapié, con toda justicia, es el hecho de que la planta superase la barrera de las 24.000 horas de trabajo sin registrar un solo accidente.
Visitamos las diferentes dependencias de la planta que, mediante operaciones sucesivas, transforman en agua potable el agua bruta extraída a un km frente a Chatt El Hillal, una pequeña playa adormecida tras la temporada veraniega.
Un balance energético equilibrado...
La planta de Beni Saf es una batería de 48 depósitos de arena y 28 depósitos de antracita (carbón). Todo un proceso químico que utiliza ácido sulfúrico, cloruro férrico, bisulfito sódico y quién sabe qué más. En este alambique de nueva generación, se descompone el agua de mar, se invierte la ósmosis para suministrar cada día 200.000 m³ de agua a la red de abastecimiento de agua potable de Orán y Aïn Témouchent. ¡Cabe reflexionar y preguntarse por el atrevimiento del ciudadano medio que, situado al final de la cadena, se dedica cada fin de semana a lavar a manguerazos su coche, sin preguntarse lo más mínimo por la increíble cantidad de inteligencia, esfuerzo y dinero que se están derrochando con ello!
Enclavada frente al mar Mediterráneo, de donde extrae su materia prima, la PDAM de Beni-Saf ocupa una superficie de aproximadamente 66.000 m², cuyo período de concesión es de 25 años. Construida en torno a 10 módulos de desalinización con capacidad para tratar 20.000 m³/día cada uno, la planta utiliza el procedimiento de tratamiento a través de membranas denominado "ósmosis inversa". "A pesar de consumir bastante energía, resulta más barata que el resto de procesos existentes", relativiza Chaffi.
Además, gracias a su sistema de recuperación de energía (ERI) integrado en el proceso, la planta ha conseguido limitar su consumo en torno a una media de 4,15 kWh por metro cúbico de agua producido, lo que mejora notablemente su balance energético. El agua desalinizada se somete a una fase importante, la de remineralización, que, por así decir, le devuelve la vida y la convierte en apta para el consumo. Esta operación tiene lugar en depósitos donde el agua se enriquece con calcita, un agregado rico en carbonato de calcio. Este se produce, en última instancia, de manera local en la enorme cantera de la Empresa Nacional de Granulados (ENG) de El Khroub.
La preocupación por el medio ambiente
¿La trituración mecánica y química continua del enorme volumen de agua que circula por las brillantes tuberías de la planta desalinizadora no tiene ninguna consecuencia en el entorno natural? Esta es seguramente la primera pregunta que nos viene a la mente, más aún cuando a solo unos cientos de metros de la planta se encuentra el puerto pesquero más importante del país: el de Beni-Saf. Gracias a la penetración constante de corrientes frías del Atlántico en el Mediterráneo a través del estrecho de Gibraltar, la región es célebre por su gran producción pesquera de pescado azul, especialmente de pequeñas especies pelágicas: sardina, jurel, alacha y boquerón.
El impacto medioambiental que, por lo general, se ha venido observando en el caso de este tipo de instalaciones se genera en dos momentos: el primero está relacionado con la captación del agua de mar (colisión de organismos marinos contra los cilindros colectores, por ejemplo) y, el segundo, se refiere a la expulsión de salmuera, diseminada a 500 metros de la costa, lo que provoca principalmente, un aumento momentáneo de la salinidad. Los responsables de la planta de Beni Saf nos han confirmado que se realizó un estudio de impacto medioambiental previo que fue aprobado por el ministerio competente y que los residuos, analizados por un laboratorio externo, se encuentran, tras tres años de funcionamiento, dentro de los límites establecidos por el decreto argelino n.º 06-141 del 19 de abril de 2006.
Una nueva Andalucía
La planta desalinizadora de Beni-Saf cumple todos los requisitos para escribir una nueva página en la historia de esta gran aventura que representa el suministro de agua en Argelia. Tras décadas de escasez de recursos hídricos, ingenieros, gestores, especialistas y estudiantes se desplazan a Chatt El Hillal, confiriendo a esta playa un aspecto de minicampus donde se alternan ingenieros, licenciados (sistema LMD francés) y doctores. Existe un proyecto de acuerdo con la Escuela Politécnica (ENSET) de Orán para la formación de ingenieros especializados en desalinización de agua de mar. Por otro lado, se está negociando otro acuerdo con el Centro Universitario de Aïn Témouchent para que los estudiantes puedan realizar prácticas en la planta. Por último, la universidad de Alicante ha mostrado su interés en realizar intercambios a nivel de doctorado para trabajar sobre la cuestión medioambiental. Cabe recordar que Beni Saf comparte con Almería la arteria energética del gasoducto de Medgas, que distribuye energía al sur de la vieja Europa. Los vínculos económicos, históricos y culturales con la península ibérica, junto con su proximidad geográfica, constituyen una serie de ventajas que podrían convertir a la región, gracias al milagro del agua, de la energía y del trabajo, en una nueva Andalucía. Junto con la agricultura que, gracias a la desalinización, está recuperando parte de la aguas de las presas de Hammam Boughrara y de Beni Bahdel, el turismo, una de las bazas principales de la región, se verá impulsado a su vez por la conexión de las playas a la red de abastecimiento de agua potable.
Como prueba de esta voluntad de excelencia, la dirección de la planta ha presentado ante la Administración un proyecto de habilitación de una zona verde, que conjuga aspectos lúdicos y educativos, destinada a la población infantil de la región y a los veraneantes que se encuentren de paso, quienes podrán, en lugar de pasarse las horas muertas al sol, aprender sobre el proceso de desalinización y preservación de este oro azul. Con estos maravillosos pensamientos abandonamos las espléndidas colinas de Aïn Témouchent, incendiadas por la luz dorada de la puesta de sol, para volver a Argel.
GRUPO COBRA
El sector de la energía solar renovable en Argelia como centro de atención
El grupo español Cobra (no confundir con su homónimo argelino, centrado, por su parte, en el sector de la electrónica de consumo) es el principal accionista de BWC. Cobra está considerado como uno de los líderes mundiales en materia de energías renovables. En concreto, este grupo ha manifestado su interés por el Programa Argelino de Desarrollo de Energías Nuevas y Renovables, que prevé la construcción, de aquí a 2020, de alrededor de sesenta centrales solares fotovoltaicas y solares térmicas, parques eólicos y centrales híbridas.
Como apoyo a sus intereses en Argelia, Cobra hace gala de varios referentes: el proyecto de central termosolar de Tonopah (Nevada), en Estados Unidos, constituye una de las mayores instalaciones de energía solar de torre central del mundo, actualmente en proceso de construcción. Con una capacidad instalada de 110 MW, esta central suministrará energía a aproximadamente 75.000 hogares de la ciudad de Las Vegas, una vez que se ponga en funcionamiento a finales de 2013.
Asimismo, Cobra ha aplicado la tecnología fotovoltaica de estructura fija en las centrales de Lesedi y Letsatsi, en Sudáfrica (con una capacidad de 75 MW cada una y una producción anual de 160 GWh).
(*) Nota de Tedagua: Beni-Saf Water Company (BWC), es una sociedad de derecho argelino constituida actualmente por Geida Beni-Saf (Grupo Cobra 100%) con el 51% y Algerian Energy Company (AEC) con el 49%.
Nota: Este artículo es la traducción literal del publicado por Abdellah Dahou en el diario Le Soir d’Algérie, el pasado 13 de octubre de 2013.